Si pensamos en la Mancha, probablemente lo que nos venga a la mente es el queso manchego, pero en un pueblo de Albacete llamado Villamalea, un valle delimitado por los ríos Jucar y Cabriel, encontramos una quesería familiar «Quesos La Rueda» y cuyos quesos de cabra se han convertido en un referente para todos aquellos locos queseros.
Los nombre de sus creaciones Moluengo, Granizo, y Tronchón son muy conocidos en nuestra Despensa de Andrés y hoy queremos contaros la historia que con su hidalgo, cual Quijote, José Luis Abellán a la cabeza y su Dulcinea, Marta decidieron dar vida en 2014 al proyecto que llevaban fraguando desde 2012.
José Luis es la segunda generación de ganaderos, un negocio que desarrollaba con su familia, pero no evolucionó a más ya que se acomodaron y esto hizo que se relentizara el crecimiento, llegó una crisis muy fuerte al sector con la que como dice José Luis, en términos queseros-económicos, le prensaron y sacaron todo el suero que tenía. Ahí fué cuando empezó este luchador a darle vueltas a su proyecto quesero.
Al principio se planteó hacer un queso manchego pero después de muchos cálculos… no salían las cuentas, ya que la inversión era enorme, pero no dejó ahí su empeño y este incansable e inconformista seguía por Internet todo lo relacionado con el mundo del queso, hasta que un día descubrió a un productor que elaboraba sus quesos con leche cruda y con unas cortezas que le enamoraron. Así que sin pensar mucho más, se desplazó a Valladolid a visitar esta quesería y descubrió otro mundo distinto, otra forma de elaborar quesos y con un coste menor en su inicio. Jose Luis y Marta se pusieron manos a la obra y a día de hoy su sueño de proyecto de vida es una realidad.
Cómo ganadero cuida y mima su ganadería para obtener una materia prima de calidad superior. Sólo efectúan un ordeño al día a sus cabras de raza Murciana para elaborar sus quesos que tanto nos enamoran por ser totalmente diferentes.
-Moluengo: Coagulación láctica de cabra de unos 20 días de maduración, de textura sedosa y húmeda, aunque de pasta bastante compacta debido entre otros a la acción del geotricum candidum que recubre toda su corteza, al mismo tiempo envuelta en ceniza vegetal, lo que ayuda en cierta medida al secado de la pasta. Notas suaves y cierta acidez de fondo, muy aromático y agradable, el sabor de la leche de cabra siempre presente, supone un aporte de intensidad y cierto picor al final. Muy persistente.
– Granizo: Queso de coagulación lenta y larga de tipo ácido-láctica, amasado a mano y afinado durante 2-3 semanas. Textura blanda, untuosa y con matices fundentes. Sabor limpio, predominan las notas lácticas de yogur, de nata y agradable retrogusto a trufa.
-Tronchón: Es un queso de leche cruda de cabra de 60-90 días de maduración. Se presenta en formato tradicional (troncocónico) de 1,000 Kg. La coagulación es enzimática, producida por la acción de cuajo vegetal, y posee una maduración de 60 a 90 días en cava. Corteza de color oscuro, algo grasa. El interior de la pasta es de color blanco-marfil y con pequeños ojos repartidos de manera regular. Su consistencia es entre semiblanda y semidura, dependiendo del grado de maduración.
A este hidalgo y a su Dulcinea nada les ha venido dado ni regalado y siguen luchando por mantener y hacer crecer su proyecto, un proyecto de vida del que han sido y son transgresores en su zona.
Su espíritu autodidacta ha llevado a José Luis a superarse y a seguir mejorando día a día. Estamos seguros que QUESOS LA RUEDA seguirá asombrandonos con sus elaboraciones.